Muchas personas luego de terminar una relación se ponen la búsqueda de métodos que les permitan hacer que esa persona que aman vuelva a su lado. Algunos como el método K o el contacto cero pueden llegar a funcionar. Sin embargo muchas personas se enfrascan en esto en vez de buscar formas de evitar que la relación termine.
En el día de hoy, quiero hablarte sobre algunas cosas que debes tener en cuenta para reavivar la pasión y salvar tu relación antes que esta termine. Después de todo el mejor evitar que tener que reparar.
1. Expresa tu amor de una manera que tu pareja experimente como cariñosa
Puede que esto no suene como una sugerencia muy específica o especialmente científica, pero a menudo nos olvidamos de sintonizar con nuestra pareja y hacer las cosas que sabemos que la hacen sentir amada. Especialmente cuando hay tensión en la relación, tendemos a centrarnos en lo que recibimos (o no recibimos) en lugar de en lo que damos. Construimos un caso contra nuestra pareja y, como defensa, retenemos nuestro afecto y nos resistimos a ser abiertos y vulnerables.
Cuanto más distancia se crea, más dispuestos estamos a sentirnos críticos o a ponernos en guardia. Empezamos a vivir más hacia dentro, metiéndonos en nuestra propia cabeza, cuantificando, juzgando o entregándonos a una mentalidad de “ojo por ojo” sobre lo que nuestra pareja hace o deja de hacer por nosotros. La verdad es que sienta muy bien ser cariñoso.
2. Sé cariñoso
La mayoría de las parejas se preguntan cómo han pasado de no poder quitarse las manos de encima a tener raramente contacto físico. Por desgracia, la sociedad tiende a justificar este patrón, reforzando la idea de que las parejas de larga duración no son aptas para el “amor de cachorro”. Sin embargo, esta eliminación del afecto es una triste y lenta progresión que suele comenzar cuando una pareja pasa de ser un “tú” y un “yo” a convertirse en un “nosotros”. Por supuesto, encontrar una conexión con alguien es emocionante y significativo, pero perderte a ti mismo y tu identidad separada en la mezcla es pavimentar un camino peligroso. Las personas se sienten más atraídas por su pareja cuando la ven como alguien separado de sí mismo, alguien a quien pueden amar, respetar y apreciar por sus cualidades únicas.
Cuando las parejas sustituyen el fondo (actos reales de amor) por la forma (los papeles prácticos de estar en una relación), entran en un “vínculo de fantasía”. Tómense de la mano, bésense en público, siéntense cerca en el sofá, tóquense casualmente al pasar, y se sorprenderán al ver la profundidad del deseo y los sentimientos de intimidad que surgen.
3. Reduce la velocidad
Oímos estas dos palabras todo el tiempo, pero rara vez las vivimos. Para la mayoría de nosotros, bajar el ritmo significa dejarse caer en el sofá o quedarse mirando la televisión en cuanto terminamos nuestra caótica lista de tareas. Por muy agitada que sea nuestra agenda, hay formas de hacer una pausa en nuestra mente y reconectar con nosotros mismos a lo largo del día.
4. Probar algo viejo
A medida que la relación avanza, resulta demasiado fácil poner excusas para no dedicar tiempo al otro. Cuando nos juntamos, es posible que hagamos cosas por obligación o por forma. Las relaciones tienden a empezar a esfumarse cuando dejamos de compartir las cosas animadas que solíamos compartir con nuestra pareja. Además, una vez que las cosas empiezan a esfumarse, nos sentimos aún menos inclinados a compartir estas actividades.
El ciclo que se crea obliga a distanciarse cada vez más de la pareja. Podemos desafiar esto comprometiéndonos a participar en las actividades que solíamos compartir y disfrutar juntos con nuestra pareja. Si solíamos salir a pasear, no debemos dejar que una larga jornada laboral nos disuada de salir al exterior.
5. Probar algo nuevo
Cuando las personas se juntan por primera vez, suelen hacer crecer el mundo del otro, presentándose mutuamente a nuevas personas, lugares, intereses y actividades. Cuando nos enamoramos, nos encontramos en un estado en el que nos sentimos más abiertos y vivos.
A medida que nuestra relación avanza, y cuanto más sustituimos el amor real por un vínculo de fantasía, más tendemos a resistirnos a todo lo nuevo. Especialmente a medida que envejecemos, podemos volvernos más autoprotectores o sentirnos más atraídos por la rutina. Podemos mantener vivo el amor si seguimos estando dispuestos a probar cosas nuevas.