Software espía: ¿Legales o ilegales? ¿Cuáles son los riesgos de usarlas?

Con un software espía, todas las personas pueden convertirse en detectives, pero también pueden ser las presas sin saberlo. Una actividad tan sencilla como tratar de espiar el whatsapp de tu pareja, puede traer implicaciones y riesgos importantes.

Las aplicaciones y software espía son cada vez más populares, pero también pueden resultar peligrosas. Estas fueron diseñadas para capturar información de terceros mediante el uso de los rastros que todas las personas dejan en el mundo virtual. A través de ellas, conversaciones, intereses, movimientos y contactos, así como contraseñas y otros posibles datos quedan expuestos a cualquiera que las controle.

No obstante, estos espías potenciales, también podrían ser las presas espiadas sin saberlo. De ahí la necesidad de comprender la dinámica y alcance del fenómeno para adquirir una mayor conciencia de los riesgos y posibles ayudas.

Las razones que empujan al uso de aplicaciones espías  son muy variadas, y de hecho, con el tiempo, los grupos de interés se han expandido considerablemente. Van desde el hacker profesional hasta el empleador que realiza investigaciones sobre sus trabajadores, desde parejas que están actuando de manera sospechosa hasta corporaciones que tienen el objetivo de sustraer nuevos productos para el estudio de la competencia, o desde las investigaciones penales hasta un padre o madre que necesita “controlar” a un menor.

Por supuesto, cualquier motivo puede considerarse subjetivamente más o menos plausible: todo depende de los límites y el uso que se haga de la información que se captura y del tipo de datos a los que se accede, así como de las modalidades en las que opera. No obstante, lo que hay que destacar es que el uso de estas aplicaciones conlleva a menudo violaciones de la privacidad de los demás, con importantes consecuencias que van más allá del ámbito de la responsabilidad civil, lo que implica responsabilidad penal.

Hay que reconocer que aún no existe una conciencia real de los riesgos asociados a la adquisición y uso sin escrúpulos de los datos personales de terceros, y esto tanto a nivel de particulares como de empresas.

Con frecuencia, es precisamente la sencillez con la que puede llegar a poseer ciertas “soluciones” lo que le hace superficial en cuanto a las consecuencias reales de su uso. Tener la capacidad de satisfacer su curiosidad a un clic de distancia, tener el poder de saber qué es, que está sucediendo y las cosas que uno desconoce es una idea tentadora. Sobre todo, cuando la oportunidad de conocer datos, números y contactos está tan cerca de usted.

En este escenario, ofrecer soluciones “al alcance de todos” hace que los individuos piensen muy poco en los riesgos que se derivan de adoptar determinadas conductas. Y si la ética y el sentido común quedan relegados al ámbito individual, se presta muy poca atención a la vulneración de la intimidad ajena, entendida como la vulneración de un derecho ajeno reconocido como digno de protección.

¿Qué tipo de precauciones deben tomarse?

El espionaje en sí mismo ciertamente no representa un comportamiento correcto y la elaboración de programas que tengan el propósito de capturar información, sobre el uso y movimientos de otros, podría exponer a quienes comercian con estas aplicaciones a una serie de consecuencias, si no se manejan con prudencia.

Existen, por tanto, dos planes a distinguir: el de la comercialización de estos software que, en sí mismos, no se consideran una actividad prohibida por la ley y que, por tanto, permite a quienes ofrecen este tipo de herramientas o servicios colocarlos en el mercado, venderlos y publicitarlos a través de sitios ad hoc; y el del uso concreto del software, que representa la actividad más delicada y punible, teniendo en cuenta que el comprador no siempre está orientado hacia un uso dentro de los límites de la ley. También hay que tener en consideración que se vuelve extremadamente difícil, en muchos contextos, tener disponibles herramientas como estas y no aprovecharlas.

Quien elabore y comercialice software espía debe, tomar la responsabilidad de educar al comprador. A menudo se insertan breves indicaciones en las páginas web dedicadas al marketing sobre la ilegalidad de la recopilación y el uso de datos de otras personas en el caso de que el software deba usarse para monitorear a un individuo sin su autorización. Estos comportamientos, que constituyen una violación de la privacidad, cabe señalar, también integran los delitos penales sancionados por la ley.

Sin embargo, al tener interés en la comercialización del producto, también se define una utilidad potencial, destacando su uso correcto, es decir, dentro de los límites permitidos por la ley, que pueden ser de ayuda en muchos casos, permitiendo el acceso a datos relevantes que pueden ser eficaces para preparar las intervenciones necesarias y prevenir problemas graves de carácter social, familiar o asistencial.