Para las personas mayores, la memoria es un activo fundamental. Mantenerla puede mejorar enormemente la calidad de vida, por lo que necesita saber cómo entrenar su memoria. Pero los suplementos que obtiene a través de las pastillas no son suficientes. También se necesita un estilo de vida adecuado, una alimentación saludable, ejercicio físico y actividades que ayuden a mejorar capacidades cognitivas.
Las reglas básicas para mantener la memoria en adultos mayores
Primero, las cosas a evitar y reducir: fumar, consumo excesivo de carne, un estilo de vida sedentario, olvidarse de controlar la presión arterial con regularidad.
En otras palabras, ocuparse de hacer actividad física, comer sano y tirar el paquete de cigarrillos a la basura, se convierten en factores determinantes para su salud mental, a pesar de cualquier cosa que está escrita en sus genes.
Vivir durante mucho tiempo depende en gran medida de la genética. Miles de investigadores han calculado que, en este sentido, el ADN representa un 30%. Pero, la novedad a la que han llegado con su trabajo, es que un estilo de vida saludable puede afectar mucho más.
Si elimina todos los factores de riesgo de su vida, por ejemplo, la posibilidad de morir se reduce en un 54%. Pero si eres perezoso y prefieres un estilo de vida sedentario al movimiento, el porcentaje ya asciende al 44%. Con la presión arterial alta, la probabilidad de alcanzar los 90 años cae al 36%, si es obeso al 26%, si fuma al 22%.
Cuando hay tres factores de riesgo que continúan caracterizando la vida de una persona, como un estilo de vida sedentario, diabetes y obesidad, el porcentaje para llegar a los 90 años es de un pequeño 14%. Y, si hay cinco factores de riesgo con los que convive, la posibilidad de alcanzar esta edad se reduce solo al 4%.
Alimentos que ayudan a trabajar la memoria
El pescado, el aceite y los alimentos vegetales contienen omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada que juega un papel vital en el desarrollo del cerebro, comenzando desde el nacimiento.
Pero es necesario seguir consumiéndolo hasta la edad adulta, un análisis ha relacionado el consumo de omega-3 con una mejora en la función de la memoria en los ancianos con problemas leves de este tipo. El mismo resultado se obtiene al consumir pescado rico en omega-3 una vez a la semana, con el fin de reducir el deterioro cognitivo en un 10% anual en adultos y ancianos. ¡Pero no se detiene ahí! Las personas que han consumen pescado al menos una vez a la semana corren un riesgo más bajo de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer. Los pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa, el arenque, la trucha y las sardinas son ricos en DHA. En resumen, trate de consumir al menos 240 gramos por semana.
Verduras crucíferas (repollo y brócoli)
Las verduras crucíferas no solo proporcionan vitaminas y fibra, sino que también ayudan a mantener el cerebro joven y activo. Un estudio reciente de la Universidad Rush (Chicago, EE. UU.), En el que participaron unos 1.000 adultos, descubrió que quienes comían al menos una porción de verduras con hojas cada día, como espinacas, col rizada y rúcula, tenían mayor salud cognitiva en comparación con quienes consumen pequeñas cantidades. De igual manera, el repollo contiene buenas cantidades de Fosfatidilserina, una sustancia capaz de mejorar la memoria.
Los huevos también ayudan al cerebro
Los huevos son ricos en colina, un nutriente importante para el cerebro. En un estudio en el que participaron alrededor de 1.400 mujeres y hombres, quienes tomaron grandes cantidades de colina obtuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria verbal y visual que quienes consumieron menos. Además, las imágenes por resonancia magnética (IRM) de las personas con niveles más altos de colina son más saludables que las de otros, lo que sugiere que tomar esta sustancia durante la mediana edad puede proteger al cerebro contra la demencia.
¿Cómo propiciar la mejora cognitiva?
Pero, ¿mantenerse activo es una condición necesaria y suficiente para asegurar la completa funcionalidad de la mente? Si considera la mente como un músculo, sin duda el ejercicio puede traer beneficios.
Si, por el contrario, considera la mente como un sistema complejo en el que los aspectos cognitivos y emocionales interactúan continuamente entre sí, entonces debe pensar en actividades que se basan en una evaluación de cómo la cognición y las emociones influyen en el envejecimiento.
Generalmente, las primeras fallas de memoria se producen a corto plazo, no tan relacionadas con hechos que ocurrieron hace mucho tiempo. Para contrarrestar en la medida de lo posible este proceso, es fundamental la gimnasia mental, es decir, cualquier tipo de tarea que obligue a la persona a hacer funcionar su memoria a corto plazo.