Si hay un elemento realmente importante de cualquier empresa es sin duda su imagen. El diseño, la apariencia externa, por así decirlo, representa la esencia del negocio: es su rostro, lo que primero llama la atención. Muchos piensan que es solo un aspecto decorativo, un marco, la portada. En realidad es en parte cierto, pero ese aspecto decorativo es lo que hace que la propia empresa sea interesante y atractiva.
La imagen está muy ligada a la identidad de la propia empresa, lo que le permite diferenciarse claramente de sus competidores. No es casualidad que esto sea precisamente en lo que las empresas más grandes del mundo centran su atención. Las marcas de éxito mundial, de hecho, reconocen la importancia de mejorar la imagen, el cuidado y la renovación del símbolo corporativo como uno de los métodos ganadores para irrumpir en un mercado saturado de competidores.
La identidad corporativa debe reflejar la visión corporativa, su filosofía; la imagen comunicada a los clientes no solo debe atraerlos, sino comunicarles la calidad de la marca, la visión administrativa, los objetivos y el proceso productivo. Una imagen estancada, como desde hace varios años, no hace más que rechazar a los clientes por dándoles la sensación de poco movimiento, de estancamiento. Por otro lado, renovando la imagen corporativa de vez en cuando, rejuveneciéndola, haciéndola más dinámica, es posible atraer clientes.
Esto se refleja en las ganancias a largo plazo de la empresa, lo que le reserva un gran margen de ventaja sobre sus competidores. El cambio de imagen corporativa, por tanto, es una importante inversión para poder ganar más en el futuro sin dejar de ser competitivo en el sector productivo de la empresa. Una inversión que convierte a la empresa en un verdadero referente para sus clientes: su negocio, su calidad, productos, historia, expectativas, fortalezas y tradiciones.
A través de un largo camino de trabajo en el reconocimiento de la marca es posible brindar totalidad al negocio con una portada, un rostro, un carácter y una personalidad que lo hacen parecer vivo, más cercano a los usuarios. Todo esto permite a la empresa destacarse en el mercado, atraer clientes adicionales, hacerse popular y adquirir una ventaja. Sin embargo, existen factores importantes a los que hay que prestar atención para que la inversión sea rentable y produzca los resultados deseados.
Después de todo, la identidad no es algo que se construya en un solo instante. Todo lo contrario: la imagen de la empresa debe crearse día tras día, observando cada detalle para mejorar continuamente.
¿Cómo diseñarla?
Aunque pueda parecer todo lo contrario, diseñar la imagen de tu empresa no es nada fácil. Hay que poner mucha energía y combinar los esfuerzos de especialistas de varios sectores. La imagen corporativa no depende solo de la tarjeta de presentación, un banner en la puerta de entrada o un sitio web. Lejos de eso: es todo esto tomado en su conjunto, con el agregado de otros elementos, que definen el estilo de la empresa, su target, los objetivos a alcanzar, la filosofía de la empresa y mucho más.
Este es un resumen de todos los procesos de promoción y producción del negocio, con el fin de configurar una comunicación corporativa de 360° hacia los clientes. Los diversos elementos de la comunicación corporativa deben seguir el mismo hilo lógico. No debe haber malentendidos ni inconsistencias. Sin rarezas, sin desviaciones, sin inexactitudes: la línea corporativa expresada a través de la imagen debe ser directa, precisa y comprensible.
Para ello es necesario que los diferentes departamentos unan sus esfuerzos. Necesitan trabajar juntos para evitar diferencias internas. No obstante, a menudo también es necesario contratar especialistas completamente externos a la propia empresa. Especialistas en promoción, profesionales de la publicidad, que sean capaces de entender a qué apuntar, cómo configurar la imagen corporativa, qué mostrar, etc. La coherencia, interna y externa, se respetará de vez en cuando eligiendo imágenes que hagan referencia a la filosofía de la empresa.
¿Cuáles son los elementos de la imagen corporativa?
La marca de la empresa depende de muchos factores, incluido el logotipo, el membrete y la tarjeta de presentación habitual, pero también las invitaciones, los formularios de fax y diversos materiales promocionales, como carpetas de presentación, el sitio web, folletos y soportes para documentos. Cada objeto de los mencionados es fundamental para la plenitud de la comunicación corporativa. Su finalidad, además, no es solo decorativa, sino también funcional: sirven para llevar el mensaje de la empresa, su misión, a terceros.
Al configurar una campaña de rediseño visual, los dueños de negocios no pueden darse el lujo de olvidarse de la reorganización de los espacios de trabajo y del trabajo en de los empleados. Estos deberían poder aprovechar herramientas avanzadas, tecnologías de vanguardia, variaciones financieras y económicas.