En la actualidad podemos decir que somos una generación que goza de grandes privilegios como de facilidades, por lo que nuestras esperanzas de vida son más altas a diferencia de la edad media y a los grandes males que se debían enfrentar.

Pero con grandes avances de tecnología, herramientas, sistemas de drenaje como la reparación de tuberías sin obras no nos salvan de un enemigo por naturaleza de la especia humana; las bacterias.

Pues con solo un poco de mala higiene, acumulación de desperdicios o agua residual estancada pueden ser focos potenciales de un patógeno que pueda desencadenar un problema de salubridad mayor.

Es debió a esto que se han creado normativas, leyes y guías para la buena higiene, para mitigar toda enfermedad posible, debido que la humanidad se enfrenta a su cuarta pandemia con el COVID-19 y es un enemigo potencial para nuestra existencia.

¿Qué relación tienen los drenajes con la higiene?

Es importante tener presente que todo en nuestro entorno se relaciona, nada se encuentra separado y existe interconexiones por lo que la buena higiene, como el buen trato de las aguas residuales no permite tener niveles óptimos de salubridad en nuestro hogar como en las ciudades.

Por esta razón, que se hacen mantenimientos y cuidados o reparación de tuberías sin obras siendo los sistemas principales de cada ciudad para disponer de estas aguas y evitar contaminaciones.

Debido a la mala disposición de estas aguas, es que se registran en los anales de la historia; diversos problemas de sanidad y enfermedades debido a las infecciones de los alimentos o el desconocimiento de las bacterias, por lo que contar con una buena reparación de tuberías sin obras era necesario.

El problema de las aguas residuales siempre a existido

Si bien en la antigüedad no se contaba con la tecnología o los conocimientos de reparación de tuberías sin obras, diseñado para las grandes ciudades de la edad media cuando estos eran colapsados, no obstante, nos tiene a salvo en la actualidad de focos de infección.

Los privilegios y derechos que hoy tenemos respecto al agua, fue un problema resuelto por las antiguas civilizaciones; quienes tenían que lidiar con las aguas de lluvia, las aguas con contenidos fecales y residuales.

Por lo que en las ciudades de la Edad Media y a inicios de la Edad Moderna; se podían encontrar grandes acumulaciones de residuos, basura, aguas residuales en grandes extensiones de calles; siendo todo esto los focos de enfermedades que quedarían registradas en la historia.

¿Cómo hacían la disposición de los desechos y las aguas residuales?

Para la época contar con un estatus social, te permitía una gran ventaja y privilegios ante otras personas, por lo que quienes podían tener reparaciones de tuberías sin obras eran aquellos que se posicionaban en altas posiciones sociales y políticas, por lo que los ciudadanos sufrían de los males al enfrentar malos olores e infecciones.

Por lo que el tirar los desperdicios y estas aguas a la calle, era más un hábito rutinario y contaminante para estas ciudadelas, lo cual empleo como sistema de; reparaciones de tuberías sin obras el llevar los desperdicios a las afueras o murallas de las ciudadelas.

Esto al estar cerca de ríos que alimentaban la ciudad, traía como consecuencia una mala higiene y una fácil propagación de las enfermedades a falta de un sistema de drenaje o reparación de tuberías sin obras trayendo la colera a muchas familias y sucumbiendo ante este mal.

El servicio de tuberías modernas en el siglo XIX

La insalubridad era un gran mal, por lo que la tasa aproximada de infantes muertos era entre un 30% al 70% solo en Inglaterra del siglo XIX. Por lo que tener un buen sistema de drenaje era necesario.

Debido a esto a finales del siglo XIX se comienza a emplear la reparación de tuberías sin obras a base de grandes tubos de bronce y hierro forjado, por lo que estas tuberías tenían como finalidad el poder disponer de una mejor forma las aguas residuales.

Por lo que, en la actualidad, este sistema mejoro remplazando este sistema por tubos de acero, cobre y de polipropileno para hacer un mejor uso del agua, garantizando su nivel potable para consumo humano.